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El buen tiempo se convierte en un destino

Madrid entra en su mejor versión, el sol se alarga sobre los tejados, las terrazas despiertan y las copas tintinean. En el Barrio de Salamanca, entre arquitectura señorial y avenidas arboladas, hay cinco terrazas que no solo atrapan la luz, también atrapan miradas.

En el corazón del Parque de El Retiro, Florida Park propone una experiencia 360º donde gastronomía y ocio se entrelazan. Durante el día, su terraza es un oasis de calma. De noche, la música, las luces y los espectáculos encienden las veladas con un aire de fiesta. En el escondido callejón de Jorge Juan, la Taberna Los Gallos ofrece dos maneras de entregarse al verano. A nivel de calle, una terraza acogedora para almuerzos prolongados y sobremesas sin prisa. Arriba, una azotea íntima entre tejados y vegetación, donde el aperitivo se alarga con naturalidad hasta que Madrid enciende sus faroles.

En lo alto del ABC Serrano, Terraza Bianca es uno de esos secretos que no se buscan, pero sorprenden. Desde la azotea del centro comercial, este rooftop amplio y vibrante ofrece vistas al Paseo de la Castellana y un ambiente que fluye del café al cóctel, sin perder ni una nota. Frente a la majestuosa Puerta de Alcalá, Bakan es un pedazo de México plantado en el asfalto madrileño. Su terraza, salpicada de cactus y texturas artesanales, invita a dejarse llevar por sabores intensos y cálidos. Tequila, mezcal, maíz y sol: el buen tiempo aquí tiene otro acento.

Y finalmente, Numa Pompilio, un rincón escondido que parece detenido en el tiempo. Su terraza es un jardín secreto entre muros silenciosos, donde las cenas se sirven con la elegancia de un palacio italiano. Cada detalle, cada gesto, parece llegar en el momento justo, como si la escena estuviera escrita para quedarse en la memoria. Cinco terrazas. Cinco formas de rendirse al encanto del buen tiempo. Porque en Madrid, cuando llega el sol, no se sale… se celebra.

Desde Tótem, todo está al alcance: el ritmo pausado del barrio, la luz que se cuela entre las fachadas, y esas terrazas que esperan a la vuelta de cada esquina.